I'm going out for two days, I need strenght to go ahead on this adventure.
I'll be back tomorrow.
And I take his memory with me...all the time.
Solo una escapada de la rutina para publicar mis dias en un blog a la deriva del Internet, descargando neurosis y la poca cordura que me queda. Sobreviviente en la Ciudad de México, me gusta meterme por callejones oscuros, los tacos al pastor y desdeñar la doble moral de las personas.
sábado, 30 de mayo de 2009
sábado, 23 de mayo de 2009
Chanchito Bipolar en estado crítico...por última vez.
Hoy me desperté, de verdad, del peor de los humores.
Ando metido en el humor ese que es indefinible, la mezcla de muchos humores.
Y es el peor de todos, porque es desconocido, y al ser desconocido, uno no encuentra la manera de curarselo y regresar al estado feliz-sonriente en el que estaba ayer.
Ayer antes de que Él se fuera, por supuesto.
Empezemos con la base de este humor híbrido.
Ayer, a la hora de despedirse, no me pidió que lo acompañara mas allá de la esquina donde soy invisible e imperceptible. Creo que no la pasó tan bien hablandole yo de planes para deshacerme de estos sentimientos de soledad y frustración que se han ido quedando.
Si, es verdad que en este punto trato de aclarar la parte de mi conciencia que aún funciona y ponerla a trabajar lenta pero asertivamente, tratando de tomar la mejor desición posible respecto al todo.
Y, podriamos resumirlo con un poco de miedo a la fuerza que adquiere al decirlo así. Que el todo, por ahora, es Él.
Total, el mismo dia me cambio de casa, me inscribo a la escuela, regreso al gym y me corto el cabello. No pasa nada. Esos cambios son comunes, las transiciones violentas son lo mio.
Pero no con Él asechando cada pensamiento. No. No con Él repentinamente diciendome que me quiere.
No quiero crecer de repente y apresurar el inevitable final (ya muy bien ensayado, por cierto).
Parece que tengo esta tendencia creciente a planear todo alrededor de Él, lo cual me parece perfectamente bien, pues en mi me parece adecuado, dado que el motor principal se activa con Él.
Me es imposible no considerarlo en cada desición, en cada cambio y en casa ocasión.
Parte de este humor tan odioso es también el pensar.
Ver la realidad de las situaciones, la verdad en cada circunstancia y aceptar esto que se siente en la parte indefinible del ser.
Las emociones. Los instintos.
Me empujo a mi mismo a seguirle, a buscarle y en muchas ocasiones a insistirle. Y al mismo tiempo, el peso de todas las verdades me cae encima y me deja indefenso contra mi mismo, contra esa parte de mi que se cuestiona, que busca igualdad y equilibrio.
Desde que le amo, le he agarrado un rencor poco usual a esa parte de mi.
Cada dia y en cada momento vivo en esta desición de dejarme llevar, de querer y luego comprender, cuando creo que en su caso es al revés.
Y esto de dudar, de considerar, de ser confundido por esas estupideces que de nada sirven llamadas "Honor" y "Dignidad", simplemente me exaspera y me lleva al punto de buscarle súbitamente para que calle las voces.
Maldita cordura.
Espero no ser mal interpretado. Amo la actividad filosófica. Amo la contemplación.
Amo pensar y analizar cada pequeño detalle de la existencia y alegrarme al encontrarle un significado, al menos de orden personal.
Pero no con Él. No en esta circunstancia y no en esta vida.
Me gusta no pensar en laz razones para renunciar, me gusta ignorar estos sentimientos arrebatadores que me contradicen y me llenan de dudas.
Lo único que me gusta es estar con Él.
Quererle, amarle.
Vivir la vida conociendole.
Crecer, progresar, aprender, disfrutar cada detalle y cada palabra.
Sí comprendo las razones de porqué le amo, pues también existe lógica y razon en este querer. Existe comprensión, existe entendimiento, conocimiento y también una buena tajada de lo inexplicable. Y esa sincronicidad, que es la última vez que la menciono.
Y esta es una desición que yo solo tomé.
Asi que, por última vez, dejo ir en una profunda exhalación todas esas pesadillas y todas esas contrariedades. Dejo ir el orgullo que de repente me quiere ganar, dejo ir la dignidad que todavia no le encuentro, el menos en mi relación con Él, una utilidad.
E inevitablemente me acuerdo de las palabras que St.Iñacki me dijo cuando le conté de esta realidad:
"Vas a tener que dejar ir la vida como la conoces, si es que quieres seguirle."
Sábado, regresan las memorias y la escencia de mi permanencia aqui. Me siento mejor, pero las ganas de abrazar su cuerpo desnudo no se van.
Ojalá me llame...
Ando metido en el humor ese que es indefinible, la mezcla de muchos humores.
Y es el peor de todos, porque es desconocido, y al ser desconocido, uno no encuentra la manera de curarselo y regresar al estado feliz-sonriente en el que estaba ayer.
Ayer antes de que Él se fuera, por supuesto.
Empezemos con la base de este humor híbrido.
Ayer, a la hora de despedirse, no me pidió que lo acompañara mas allá de la esquina donde soy invisible e imperceptible. Creo que no la pasó tan bien hablandole yo de planes para deshacerme de estos sentimientos de soledad y frustración que se han ido quedando.
Si, es verdad que en este punto trato de aclarar la parte de mi conciencia que aún funciona y ponerla a trabajar lenta pero asertivamente, tratando de tomar la mejor desición posible respecto al todo.
Y, podriamos resumirlo con un poco de miedo a la fuerza que adquiere al decirlo así. Que el todo, por ahora, es Él.
Total, el mismo dia me cambio de casa, me inscribo a la escuela, regreso al gym y me corto el cabello. No pasa nada. Esos cambios son comunes, las transiciones violentas son lo mio.
Pero no con Él asechando cada pensamiento. No. No con Él repentinamente diciendome que me quiere.
No quiero crecer de repente y apresurar el inevitable final (ya muy bien ensayado, por cierto).
Parece que tengo esta tendencia creciente a planear todo alrededor de Él, lo cual me parece perfectamente bien, pues en mi me parece adecuado, dado que el motor principal se activa con Él.
Me es imposible no considerarlo en cada desición, en cada cambio y en casa ocasión.
Parte de este humor tan odioso es también el pensar.
Ver la realidad de las situaciones, la verdad en cada circunstancia y aceptar esto que se siente en la parte indefinible del ser.
Las emociones. Los instintos.
Me empujo a mi mismo a seguirle, a buscarle y en muchas ocasiones a insistirle. Y al mismo tiempo, el peso de todas las verdades me cae encima y me deja indefenso contra mi mismo, contra esa parte de mi que se cuestiona, que busca igualdad y equilibrio.
Desde que le amo, le he agarrado un rencor poco usual a esa parte de mi.
Cada dia y en cada momento vivo en esta desición de dejarme llevar, de querer y luego comprender, cuando creo que en su caso es al revés.
Y esto de dudar, de considerar, de ser confundido por esas estupideces que de nada sirven llamadas "Honor" y "Dignidad", simplemente me exaspera y me lleva al punto de buscarle súbitamente para que calle las voces.
Maldita cordura.
Espero no ser mal interpretado. Amo la actividad filosófica. Amo la contemplación.
Amo pensar y analizar cada pequeño detalle de la existencia y alegrarme al encontrarle un significado, al menos de orden personal.
Pero no con Él. No en esta circunstancia y no en esta vida.
Me gusta no pensar en laz razones para renunciar, me gusta ignorar estos sentimientos arrebatadores que me contradicen y me llenan de dudas.
Lo único que me gusta es estar con Él.
Quererle, amarle.
Vivir la vida conociendole.
Crecer, progresar, aprender, disfrutar cada detalle y cada palabra.
Sí comprendo las razones de porqué le amo, pues también existe lógica y razon en este querer. Existe comprensión, existe entendimiento, conocimiento y también una buena tajada de lo inexplicable. Y esa sincronicidad, que es la última vez que la menciono.
Y esta es una desición que yo solo tomé.
Asi que, por última vez, dejo ir en una profunda exhalación todas esas pesadillas y todas esas contrariedades. Dejo ir el orgullo que de repente me quiere ganar, dejo ir la dignidad que todavia no le encuentro, el menos en mi relación con Él, una utilidad.
E inevitablemente me acuerdo de las palabras que St.Iñacki me dijo cuando le conté de esta realidad:
"Vas a tener que dejar ir la vida como la conoces, si es que quieres seguirle."
Sábado, regresan las memorias y la escencia de mi permanencia aqui. Me siento mejor, pero las ganas de abrazar su cuerpo desnudo no se van.
Ojalá me llame...
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